domingo, 21 de septiembre de 2008

El Maestro Zen

Una mañana, un discípulo corrió muy agitado a casa del Maestro, para informarle:
Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.
Pero el Maestro lo interrumpió diciendo:
¡Espera! ¿Ya pasó a través de las Tres Puertas lo que me vas a decir?
¿Las Tres Puertas?- Pregunto el discípulo.
Sí, replicó el Maestro. La primera puerta es la VERDAD.
¿Estás seguro de que lo que me quieres decir es la VERDAD en todos sus puntos?
No... lo oí decir de unos vecinos.
La segunda puerta es la del AMOR y la BONDAD.
¿Lo que me quieres decir es por lo menos amoroso y bueno, de beneficio para todos?
No, en realidad no; al contrario... .
¿Y qué me dices de la tercera puerta? La NECESIDAD.
¿Es NECESARIO que me cuentes eso? ¿Tengo que saberlo? ¿Va a servir de algo?
Para ser sincero, no; necesario no es.
Entonces, sonrió el sabio, si no es VERDAD, ni BUENO, ni NECESARIO, sepultémoslo en el olvido.

Moraleja:
¿Estás contribuyendo a la basura en el mundo, creándola o pasándola; o estás limpiando el mundo al dejarla morir contigo?

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